En la sociedad actual, poco se comenta acerca de la
prostitución masculina, a veces llegando a parecer un mito, y causando sorpresa
a ciertos sectores de la sociedad al enterarse de su existencia, y todo ello
puede estar ligado a dos grandes tabúes que aun conviven en la sociedad actual:
el primero, la identidad de la mujer como demandante sexual profesional, y el
segundo, la homosexualidad.
Remontándonos a la Roma clásica, podemos encontrar allí la
figura del prostituto masculino esperando en las esquinas de los baños a las
mujeres que solicitaban sus servicios. Y según la jerarquía romana de la
degradación sexual, estaba peor visto que un hombre realizara un cunnilingus a
una mujer que ser penetrado por otro hombre, lo cual nos hace pensar en lo
mucho que cambia el punto de vista hacia ciertas prácticas dependiendo del
área geográfica y/o cronológica en la
que nos situemos. Se les imponía el
estatus legal de infames, dejándoles al mismo nivel que prostitutas,
gladiadores y actores, negándoles el derecho a voto e imposibilitándoles su
representación ante un tribunal. Tanto llego a expandirse la prostitución
masculina que el Emperador Domiciano prohibió la prostitución de niños menores
de 7 años.
Una de las peores amenazas de este colectivo es el contagio
del VIH , siendo la comunidad de Madrid la que presenta mayor tasa de
infectados con un 19,8%, dato que contrasta bastante con el numero de
infectadas en prostitución femenina que tan solo es del 0,8%. El contagio de
enfermedades venéreas depende principalmente de tres factores: las características
de los espacios en los que se ejerce la prostitución, las características sociodemográficas
de los prostitutos masculinos y las características particulares del ejercicio
de la prostitución masculina.
El ambiente donde se realizan estas prácticas suelen ser espacios con un mayor grado de accesibilidad
del cliente al servicio. Nos referimos a espacios institucionalizados donde
existen códigos de conducta, de comunicación y relación entre los individuos
que interaccionan en dicho espacio. Junto a normas sobre negociación, asi como
aspectos económicos y tarifas, existen conceptos y formas del lenguaje que
permite comunicarse dentro del espacio. Sus normas y códigos no se encuentran
escritos , se adquieren por transmisión de información entre trabajadores del
sexo y por observación.
En Madrid se pueden ubicar los puntos de concentración de
estos colectivos masculinos, uno de ellos es la Puerta del Sol, en esta zona
existe una alta concentración de prostitutos masculinos de nacionalidades
variadas abundando sobre todo europeos de la zona Este. Otro punto de agrupación
de trabajadores del sexo es el barrio de Chueca, siendo mas común y abundante
la aparición de prostitutos en la noche durante las estaciones de primavera y
verano.
El tipo de clientela que suele recurrir a este tipo de
servicios suelen ser en su mayoría, que no en exclusividad, hombres jubilados que han llevado su
homosexualidad reprimida a lo largo de los años debido a la represión que
padecieron durante su etapa de juventud, enmarcada en un contexto histórico en
el que el azote franquista influía en la visión y pensamiento sociocultural de
la población castigando duramente este tipo de prácticas tanto jurídicamente como
socialmente.
ENTRDA REALIZADA POR: Iván de la Plaza.