miércoles, 25 de abril de 2012

LA ESCLAVITUD CONTEMPORANEA.


En principio mucha gente cree que las prostitutas que se ven por las calles hoy en dia, ejercen por placer, pero la realidad es otra muy distinta. Según datos cedidos por la secretaria para la Igualdad el 95% de la prostitución no es voluntaria, y el 90% son inmigrantes, las cuales son engañadas, llevadas a nuestro país en busca de falsas oportunidades, y en algunas ocasiones hasta vendidas por sus familiares por tan solo mil euros. ¿Vale más un kilo de angulas que 1 persona?

Según estimaciones de la OSCE, el tráfico ilegal de seres humanos podría haber superado ya al de armas, al haber alcanzado en el 2005 un volumen de negocio de 32.000 millones de dólares anuales y en el que son explotados 2,5 millones de personas. Se estima que mas de la mitad son menores de edad.

Esta forma de esclavitud es el común denominador entre todas las culturas, independientemente del país que sea, no hay ni uno que se salve de esta práctica. El país pobre por ser pobre, y el rico por ser rico, prostitución de calle, prostitución de lujo, pero prostitución al fin y al cabo.

La trata de mujeres y menores  en su mayoría, reduce a las personas a la categoría de mercancía, vulnerando los derechos humanos y los derechos fundamentales.

En definitiva, ¿cómo parar esta esclavitud contemporánea? La respuesta a esta utopía encuentra cobijo en las leyes de la oferta y la demanda, si no hay demanda acabará por no haber oferta, pues, ya no saldria rentable, si no hay clientes, no hay dinero, y si los proxenetas no pueden llenar sus arcas a costa de sus esclavas del sexo se acabó el negcio. Para conseguir esto, se debe empezar por la educación en el sexo, ya que hay otros motivos mas importantes por los que considerarnos una sociedad avanzada, mas allá de conseguir el último modelo de IPod, como por ejemplo educar sin represiones, sin un etiquetado tan marcado como el actual, en el que las mujeres deben vivir el sexo de una manera y los hombres de otra, aunque de forma no tan rígida como hace unos años, el molde es el mismo. Pues habría que preguntarse ¿por qué se demanda la prostitución? Pues quizá porque gran parte de la sociedad no sabe vivir el sexo de forma sana y qué mejor forma de satisfacer sus necesidades sexuales con alguien que no le pedirá explicaciones, que no le juzgara por pedir ciertas prácticas sexuales, que no se fijará en su sobrepeso, o en su ojo desviado, o en su miembro microscópico, o en su torpeza o lo que quiera que sea aquella cosa que le impide buscar sexo con otra persona sin que su cuenta bancaria se vea mermada.

                                                               

                                                              Entrada publicada por: Iván de la Plaza.






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