La prostitución infantil es la utilización de un niño(a) en
actividades sexuales a cambio de remuneración o cualquier otra forma de
retribución.
Pero una vez salvados los obstáculos, cualquier individuo
puede convertir en realidad sus fantasías con una niña o un niño, esclavizado y
obligado a ser un objeto para el uso sexual. Dicha prostitución nunca es
voluntaria y va acompañada del miedo, al hambre, las drogas y multitud de
circunstancias más, que pueden convertir la existencia tanto de un menor como
de un adulto en un auténtico infierno que siempre sobrepasará nuestra
imaginación.
Entre los tipos más graves y detestables de violencia
contra los niños figura la explotación sexual, especialmente la prostitución.
Es comparable a la tortura en cuanto al trauma causado al niño y constituye una
de las formas más graves de conculcar sus derechos. Está en aumento a escala
mundial y constituye un sector rentable que produce anualmente beneficios netos
por un monto de 5.000 millones de dólares de los EE.UU
Mueve millones en todo el mundo. Cada año se incorporan más
niños y jóvenes al circuito de la prostitución infantil. Según la ONU 100
millones de menores tiene la red de prostitución infantil en el mundo; 1 millón
ingresa cada año en el circuito y sólo en Asia son prostituidos cerca de 1
millón de menores. En España son más de 5000 los menores detectados en las
redes de prostitución.
Cada año se producen más de 600 millones de viajes
turísticos internacionales. Un 20% de los viajeros reconoce buscar sexo en sus
desplazamientos, de los cuales un 3% confiesa tendencias pedófilas; esto supone
más de 3 millones de personas. 5 mil millones de dólares mueve el turismo
sexual infantil por año.
Sorprenden estos últimos datos, puesto que estamos
acostumbrados a oír en nuestras amistades, el trabajo, la familia, las quejas y
comentarios de rechazo hacia estos temas; la mala situación del menor, la pena
que nos produce, etc. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, un 3% de los viajes
internacionales es una cifra muy significativa, y deberíamos plantearnos que
sin demanda, la oferta no existiría, como en cualquier otro mercado. Entraríamos
entonces en el terreno económico, que es siempre justificación para algunos del
porqué de estas prácticas que, como un argumento pobre, hablan de la necesidad
de movimiento del capital de unos países a otros y de unas personas a otras.
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